Tomar Consciencia

Tomar consciencia



Esta es una frase muy utilizada por las personas que suelen dar consejos.
-          Toma consciencia de lo que eres -
-          Toma consciencia de cuanto vales -
-          Toma consciencia de tus valores -
-          Toma consciencia de tus límites -
-          Toma consciencia de tu posición en la vida -
-          Toma consciencia de cuanto tienes -
Y así puedo estar días enumerando los tópicos que se lanzan sobre nosotros para animarnos, para situarnos en la realidad de los otros, para darnos un rapapolvo que nos despierte, para que salgamos de algún pozo donde nos hemos metido por propia voluntad, para que resolvamos un problema o atravesemos una adversidad que se nos inmoviliza, para que valoremos lo que los otros creen que es valioso.
Pero separemos un poco todo esto.
En primer lugar un consejo que no es pedido, casi siempre se remite a lo que el que lo da, es quién lo necesita y solo proyecta en el otro, o nosotros que lo recibimos, su propia frustración y defecto. Por lo que dar un consejo no siempre es lo conveniente a menos que nos lo rueguen y aun así debemos pensar que lo que digamos no sea aquello que nos parece mejor y correcto, sino lo que realmente necesita el otro; pongámonos en sus zapatos y recién emitamos un juicio, de lo contrario solo haremos algo de daño sin contribuir realmente en la orientación que él o ella necesitan. Jamás demos un consejo sin antes reflexionar, decir lo que se piensa sin haber hecho de por medio unos instantes de adecuación a la situación que se vive y calibrar tanto tono como contenido para que sea una algo más que una palmada en el hombro.
En segundo término dividamos la frase inicial: Toma…Consciencia.
Dije que el tono y contenido son esenciales, él “Toma” es una manera imperativa de dirigirse al afectado, quién casi sin dudar está en una etapa de desequilibrio, por lo que comenzar el “consejo” con una palabra que impone una posición por encima del oyente es motivo para que se comience a cerrar las puertas de la aceptación lisa y llana. Él “Toma”, de por sí mismo advierte que no hay otras alternativas más que la que se pone por delante y esto nunca es cierto. Siempre hay dos o más posibilidades por las que optar y no solo el hecho de aceptar la visión ajena; se debe dejar el espacio para que el que ha pedido nuestra ayuda, reflexione con sus propias herramientas. El “consejo” debe ser la puerta por la que se accede a un abanico de opciones y la elección está del lado opuesto al del que lo da.
Por ello en lugar de “Toma…” deberíamos buscar tal vez un “Es mi opinión que veas como ser consciente….” o “Comprendo tu posición, pero me es difícil ponerme en tu lugar, por lo que podrías comenzar por ser consciente de…”
Luego veamos la palabra consciencia.
¿Sabemos los que damos este tipo de “consejo” lo que es ser consciente?



Para ello voy a dar algunas pistas y conceptos propios.
La “consciencia” según el diccionario es:
2. f. Conocimiento inmediato que el sujeto tiene de sí mismo, de sus actos y reflexiones.
3. f. Capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento.
Es reconocerse a sí mismo en el lugar que se existe a través de las propias experiencias y del reflejo que se produce en otros; si no tuviésemos un “espejo” que nos devuelva la imagen que presentamos no podríamos hacer el ejercicio de saber quiénes somos, y esto lleva a que no podamos formularnos las dos preguntas siguientes: De dónde venimos y Hacia dónde vamos.
Esto produce que no tengamos un pasado ni un futuro, pues ni siquiera sabríamos del presente que vivimos.
A cada momento dejamos un recuerdo y proyectamos un siguiente paso, sin embargo esto ocurre en el presente en que estamos situados.
La Toma de Consciencia consiste al fin en el reconocimiento de nuestro existir en el momento justo y el lugar que hemos creado para tal evento, nuestra realidad.
Aunque debemos saber que este acto es efímero por lo que hay que convertirlo en un hábito de modo que sea la principal acción a tener en cuenta en cada decisión.
Somos duales, una parte es el ser orgánico que recepta todo lo externo transformándolo en experiencias conceptuales, y la otra somos nosotros tal como queremos ser, condicionados por dichas experiencias, filtrando del inconsciente aquello que nos es útil para responder con la toma de decisiones. Y es allí cuando buscamos en el almacén que poseemos, pleno de lo que sentimos, seleccionando lo que necesitamos.
No podemos Ser sin el inconsciente, somos la suma y resta de emociones, experiencias, sentimientos, deseos, imaginación, fantasías, sueños, recuerdos, paradigmas, herencias genéticas, vínculos personales, conceptos mutables.
Por lo que al dar un “consejo” no hacemos más que remitirnos a todo esto, sin reparar generalmente en la utilidad que puede ser aceptada por el otro.

De allí el cuidado que deberíamos tener al pedir que se “Tome consciencia”, pues es posible que estemos imponiendo que el resultado sea el inverso al que se busca, por buena voluntad que haya en la acción.


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