Demoliendo el Sistema Educativo Definitivamente




Como todo en este Universo en el que estamos insertos, hay un comienzo, un trascender y un final.
Lo que pretendo desarrollar aquí, también lleva el mismo desarrollo y esta nota es el génesis de una de mis grandes preocupaciones.
Dicen que no debemos irnos de este mundo sin haber cumplido con todos nuestros sueños, de lo contrario estos quedarán aquí convertidos en aves nocturnas que despertarán con sus chillidos a los más sensibles en las noches de tormentas; no sé si será cierto o simplemente una leyenda urbana de esas que se inventan para pasar una noche de copas y fogata, pero siempre me pareció que podía caber algo de realidad, por lo que tomaré las precauciones del caso y cumpliré con este sueño; no quiero ser quién dé motivo al desvelo de los hombres y mujeres sensibles en un futuro cercano. Aunque siendo sincero…la idea no termina de desagradarme.




Dejando los rodeos y metiéndonos en el ajo, el caso que me ha preocupado desde muy temprana edad ha sido el sistema educativo, con el que no he comulgado desde que tenía seis años.
¿Precoz?...Bueno, sí; en aquellos años, mi maestra de parvulario, Beatriz, se salió de las normas de educación y del sistema para darme la libertad de expresarme como mejor me pareciera (año 1960, Córdoba, Argentina); estuvo apoyada por la directora del colegio en su “locura” pedagógica y mi madre, gran cultora en salirse de las fronteras.
Fue ella, mi primera maestra, la que me enseñó que el sistema ya no servía y que era necesario un cambio. Han pasado cincuenta y dos años, un poco más de medio siglo y todo sigue igual. El sistema es el mismo que se puso en marcha en la Era Industrial(1), allá por la segunda etapa de esta, a partir de 1830 en que las common schools instauradas por Thomas Jeffersons, tercer presidente de EE.UU. que declaró que la educación debería ser asumida como gasto de estado. Creo que por esos tiempos el sistema educativo se formó para que los futuros titulados tuviesen las habilidades que esa era de revolución requería, una época de mecanización que recordara muy bien Charles Chaplin en su película “Tiempo Modernos”; las labores llevadas a cabo por los nuevos centauros mitad máquinas, mitad seres humanos necesitaban de una acostumbramiento a la rutina, al paso a paso, a lo cíclico; y eso también se vio que era bueno para el sometimiento político y el manejo de una masa que con la ayuda del bienestar, crecía a ojos vistas.
Con las bases de un entorno social que aceptaba las reglas de juego y que ponía todo su empeño en jugar cada día mejor, el sistema educativo hizo sus deberes lo mejor que pudo.
El tiempo fue pasando, a la era de la industrialización, le vino encima otra que no solo la eclipsó, sino que apoderándose de ella hizo que el poder se convirtiera en guerras como la Primera y Segunda Guerra Mundial con sus ganadores y perdedores, con sus depresiones y alzas en el poderío. El desarrollo de la utilización de la fusión nuclear abrió la Era Atómica y tras su espantoso resultado de terror sobre el mundo, vino la Era Espacial; la carrera de mayor estupidez que el ser humano haya cometido. Ya no le alcanzaba con poseer tierras, ahora quería el espacio circundante. Este desarrollo de tecnología dio como resultante a una época de masificación técnica y nació la Era Digital con la comunicación globalizada. El mercado se amplió y el mundo se redujo a un pañuelo, al tamaño de una pantalla de 14” o menor, llegaron los medios de comunicación instantánea con todo lo que ello implica, en la palma de una mano. El conocimiento estaba a tan solo el toque de una tecla o la suave presión de la yema de un dedo sobre una superficie de solo 4”; la Era de la Economía del Conocimiento puso sus pies en el mundo.
A todo esto el sistema educativo base es el mismo y solo hubo en todo este lapso, actualizaciones en modo de cursillos, jornadas de especialización, cursos de técnicas, aprovisionamiento de material para el alumnado y los docentes, más cursos de perfeccionamiento, más jornadas de especialización, más tiempos de actualización en el uso de herramientas como las TIC,…sin embargo la base seguía allí inmóvil, soportando lo que se ponía sobre ella. Es como si tu ordenador, el que compraste en 1980, por ejemplo un Commodore VIC – 20 con 3,5 MBytes de capacidad y a 8 colores, le fueras actualizando poco a poco, con un nuevo procesador, una nueva tarjeta de vídeo, dos slots para más memoria, le cargaras un software como el Window XP y le pidieras que funcionara como un IMac de 3,4 GHz con un duro de 1T.
O si no es muy entendible; si a tu viejo coche de 1980, un Peugeot 205 GTI le requirieses que fuese a la par de un Bugatti Veyron 16,4 1001 Cv con una velocidad máxima de 400 Km/H o más (porque no ha sido puesto en su máximo rendimiento aún).
Hay cosas que son imposibles de lograr, si no pones de por medio los cambios necesarios para que funcionen en los parámetros que pretendes, o que te obligan las circunstancias. Aún cuando tengas que destruir la maquinaria y reemplazarla por una nueva.
Y esto es lo que ocurre con el sistema educativo a nivel mundial. Porque no es un problema regional, no es algo observado en una república de África, o en una remota isla del Pacífico, ni en la selva Amazónica; esto es reiterativo en cualquier colegio de EE.UU., en Europa o Sudamérica.
El sistema está obsoleto y debe ser reemplazado con urgencia.(2)
Las voces que claman por esto no son las de algunos científicos encerrados en sus laboratorios. Tampoco es el resultado de una agencia de estudios estadísticos contratada por un gobierno al que le sobraba dinero público. No es un Informe de la ONU, ni de la OEA, ni es un resultado del PNUD, ni de las múltiples ONG’s educativas que pululan por el mundo, ni el llamado de alguna personalidad como Nelson Mandela, Steven Job o Jhon Lennon. No, las voces son de un grupo de docentes y alumnos de un pueblo de Argentina, un grupo de estudiantes de Perú, otro grupo de estudiantes de Barcelona, estudiantes y padres que comprenden a sus hijos de un poblado de Alemania, docentes de escuelas alejadas de ciudades y sin recursos, personas como Pepon N. que es profesor y su grupo de alumnos que indagan en el arte como medio de conocimiento de las ciencias, Adriano M. un joven estudiante de Ingeniería Informática, Xavier L. otro joven estudiante de Ingeniería Mecánica, personas de la empresa Apple, Sir Ken Robinson profesor y conferencista, Michio Kaku doctor y divulgador científico, Eduard Punset escritor, diplomático y divulgador científico, Alejandro M. docente y actor y puedo estar un largo reto enumerando personas de todos los niveles, pero expresamente estudiantes hartos de un sistema que no les entusiasma, no les atrae, que les hace perder tiempo y pasión por estudiar, por aprender, que les aplasta literalmente contra la manía de memorizar fórmulas, hechos históricos, nombres de minerales, épocas geológicas, nombres de las notas musicales, apellidos de ilustres guerreros, fechas de batallas ganadas y perdidas, listas de los árboles genealógicos de reyes y reinas, verbos que en la rarísima ocasión van a utilizar.
Sin embargo no les enseñan a observar las leyes de la naturaleza(3) no les muestran las leyes del universo, no saben que hay desde el aula hasta su residencia, no saben reconocer una herramienta de un utensilio de cocina, no saben cómo sobrevivir en caso de desamparo, no saben pensar con lógica porque todo es memoria, todo se remite a un manual de situaciones acotado, cuadrado, plano y sin posibilidades de salirse de él.
No hay librepensadores(4), esto es una herejía dentro del sistema educativo. No existe la duda cartesiana como posibilidad de indagación(5). No se permite que la curiosidad sea la principal materia a desarrollar(6), por el contrario, las preguntas se contestan de acuerdo a lo establecido y muy pocas veces con la intervención propia del docente. Y esto porque el sistema no lo permite.



Los malditos deberes en el hogar(7) son una carga de culpa que arrastra el alumno, una manera de sometimiento para que no se pierda el enlace de esclavitud que impone el sistema.
El adocenamiento en el aula(8), tratando a todo (un promedio de 30 alumnos, hace que se trace una media de entendimiento supuesto pero no real.
El manejo de estadísticas con el sistema intenta ser eficiente es la burla mayor sobre lo que se apoya.
La historia es la mayor falacia(9) contada que tiene en sus tripas el sistema; no es necesario bajo ningún punto de vista adoctrinar a los jóvenes con el relato y la memorización de hechos crueles, sangrientos y mal interpretados, parciales en su desarrollo y fabulados en casi todos, que solo consiguen que se formen paradigmas de competencia; el sistema no debería inculcar de ninguna manera en estos tiempos yal concepto.
La competencia hace a la individualidad(10), al crecimiento del ego, al desprecio de la otredad y fomenta la violencia.
En estos tiempos, con el conocimiento globalizado, con la comunicación globalizada y con adelantos tecnológicos que suceden a cada hora, no se puede mantener un preconcepto que aísla a la persona. Por el contrario se debería promover la cooperación.
Y para colmo, soy consciente que también se hace esto, de hablar de la cooperación; pero si se enseña que la competencia es la herramienta para lograr metas, es absolutamente contradictorio.
La contradicción nace, y no hay dudas de esto, a raíz de no haber cambiado el sistema a medida que el mundo fue evolucionando. Si la base se elaboró sobre la competencia, no se puede luego poner un parche que dicte sobre la cooperación, es lisa y llanamente alienante.
Como entonces se pretende que un joven halle coherencia en lo que va comprendiendo. Una de las quejas se remite a este tópico en particular, a la incoherencia del sistema, a la falta de correlación de los conceptos.
Esto es un fallo muy serio y que ha sido advertido por los mismos que lo reciben; ya los alumnos no se callan, se expresan y se rebelan contra lo que comprenden, que no es lógico.



No se enseña a pensar con lógica(11). Algo fundamental para poder tener nuestra mente abierta y poder recibir la enorme cantidad de contenidos que hoy podemos tener a nuestro alcance, es saber pensar. Para ello necesitamos aprender pasos de lógica pura, que nos permitan sacar el scrap de lo realmente interesante para nuestro provecho.
Media hora o quince minutos de meditación(12), antes de comenzar las clases en una escuela donde el alumno no sea un número dentro de los 30 del aula, sino que tenga nombre, apellido, historia, entorno, esté vivo y se le conozcan sus metas, errores y aciertos, hará que la mente esté lo suficientemente limpia como para aceptar los conceptos que va a tener por delante. El repaso de algún método de análisis ayudará a que esté fresco el cómo pensar y de allí de lleno a el estudio. El docente no debe ser un profesional que transmite conocimientos, como se hartan de declamar los que no saben un pepino del tema, ministros, consejeros, presidentes de países, etc.; el docente debe ser un guía en el camino para que el alumno encuentre las soluciones a las cuestiones planteadas por medio de activar su curiosidad; el docente debe permitir que el alumno tenga curiosidad por temas ajenos al tema principal y tal vez se desvíe en la búsqueda, para eso está guiándole y que no pierda al final su meta, pero sin imponer, solo guiando; el docente debe comprender a cada uno de sus alumnos desde el alumno mismo y no desde la clase y el horario, por lo que es necesario un cambio radical en la docencia y en la estructura de la manera de enseñar.
La educación debe pasar a ser el eje de la sociedad(13), desplazando a lo financiero que es quién manda en estos momentos, de lo contrario lo que tendremos es una elite cada vez más pequeña de personas con sabiduría. Y acá no hablo de inteligencia ya, sino de sabiduría.
Sabiduría es la inteligencia y la experiencia aplicada(14), convertida en hechos.
Podemos ser inteligentes, pero si la divorciamos de la experiencia de la buena enseñanza no seremos sabios, solo astutos moviéndonos por instinto.
El obtener sabiduría en la población no quiere decir que se apunta a una utopía, un sueño loco y aventurero, a algo que exceda por completo cualquier posibilidad de realización; por el contrario obtener sabiduría es lograr que la educación que se imparta sea coherente con una meta mucho más lógica con el tiempo actual y con el por venir. Sabiduría tenían las viejas en las tribus cuando conocían las hierbas que curaban, o los jefes de los grupos primigenios de seres humanos que sabían dónde y cómo cazar los mejores animales para alimentar a su gente; sabiduría es la que aún mantienen esas mujeres que tejen hilando su propia lana de ovejas en medio del desierto de la puna Boliviana, o los manejos de la tierra que guardan en memoria los campesinos catalanes para sembrar en terrazas con inclinaciones de más de 45º. Todo eso es sabiduría y no un señor con toga blanca y dedo en alto en medio de una plaza hecha de mármoles. Hay que destruir esa imagen e instaurar nuevamente la idea de una sabiduría popular y sana, que esté unida a la cultura del trabajo placentero.
Allí podemos comenzar a hablar nuevamente de Estado de Bienestar, cuando los nuevos jóvenes con la sabiduría general trabajen de modo placentero. Y eso es posible.
Nuevamente reitero, el eje de la sociedad debe cambiar y la educación debe ocupar ese lugar de preponderancia.
Porque nos quejamos de una sociedad corrupta, con fallas que hace aguas por todos los flancos, pero seguimos sosteniendo sistemas que tienen sus cimientos corroídos por el herrumbre del tiempo y la obsolescencia.
Cuando un mecanismo ha sido mal utilizado(15), sus piezas no solo se desgastan más rápido, sino que ocurren otros males; los materiales sufren acciones de fatiga anticipada por esfuerzos indebidos, se fracturan ejes, se rompen dientes de engranajes, se descentran cigüeñales, aparecen vibraciones que producen el desequilibrio del funcionamiento. Si a eso le sumamos el mal mantenimiento, el descuido en el trato, la exigencia en la producción, la maquinaria no soporta y al fin lo que produce es de mala calidad aunque la materia prima sea de la mejor que se obtenga. Con los sistemas humanos ocurre otro tanto y si pueden imaginar, haciendo un paralelo entre esta supuesta máquina y el sistema social, verán con claridad como estamos como tribu humana. Con quejarnos no arreglaremos nada y seguro que cambiando un par de piezas tampoco.
Aquí hay que renovar el parque de herramientas por completo y comenzar de nuevo.
Solo así la calidad de la sociedad se elevará al nivel deseado.
Un nivel que requerirá de un esfuerzo de comprensión nuevo, porque nuevos serán los manuales para manejar la maquinaria.
Y nuevo puede ser también el lenguaje que se deba utilizar(16).
Vivimos en la transición no completada de la Comunicación Global y la entrada de la Economía del Conocimiento y esta última puede volverse muy peligrosa si es solo comprendida por una élite, como aparentemente lo desean los que siempre han dominado y sometido al mundo.
Esta vez se tiene la oportunidad de cambiar realmente la historia y pasa por la Educación, por hacer la revolución educativa que corresponde.
El lenguaje que requiere la Economía del Conocimiento está totalmente ligado al lenguaje de la programación informática. Este es para muchos, una zona tabú, un lugar oscuro y lleno de monstruos devoradores de seres humanos al mejor estilo de la Edad Media, aquellos que aparecían en los Mapas Antiguos donde se suponía que el mar y la tierra terminaban, en el mismísimo abismo del Hades.



Hablar del lenguaje informático es tal vez un atrevimiento mayúsculo al lado de lo que vengo exponiendo, una locura que va mucho más allá de lo permitido, sin embargo creo fielmente que desde el primer año escolar debería enseñarse a programar a los niños.
La escuela debe ser bilingüe desde el primer día; la lengua materna y la lengua informática, ambas estudiadas y practicadas a la vez.
En primer lugar deberíamos llamar las cosas por su nombre, a lo que me refiero es al lenguaje o lenguajes de programación. Estos son los símbolos y sus interpretaciones que establecen un diálogo entre un ser humano y un ordenador, para que este inicie una serie de procesos con un fin determinado.
Por lo tanto el lenguaje de programación (LP), que es al que quiero referirme en adelante, son las instrucciones que se dan a la máquina lógica para que se haga una tarea. Sé que esto es recursivamente señalado como no conveniente por los lingüistas, pues habiendo un lenguaje ¿qué necesidad de otro?. Sin embrago en este caso y a las vistas de una modificación actual del lenguaje urbano, sería poco abierto si nos cerrásemos a pensar que ya no se han dado pasos sobre ello, aunando simbología a las palabras en un texto. Puede parecer que solo sea una moda, pero en realidad y ante la necesidad que impone la velocidad de transmisión de datos, más la ampliación permanente de canales de comunicación, hacen que busquemos caminos cada vez más cortos para el mensaje, prescindiendo de palabras y sumando simbología.
A esto, que personalmente le llamo “el regreso al idioma de los dioses”(17), apunta el caso de las restricciones del caso Twitter, con 140 caracteres límites para expresar cualquier concepto, idea, noticia, etc.
Y es que esta tendencia lo marcan las redes sociales con los aparatos de comunicación más la velocidad de la tecnología, como dije anteriormente y los jóvenes al aceptar las reglas de juego, han obligado a que el paso se acelere. Razón de peso para que el nuevo sistema educativo se ponga a la altura de ello y no se mantenga en una posición retrógrada.
¿Terminaremos comunicándonos con jeroglíficos? No le veo el inconveniente, ¿acaso los egipcios no lo hicieron y así desarrollaron una época inimitable en adelantos?, ¿no lo repitieron los Mayas con sus códices y también fueron una civilización de avanzada?
Sin dudas que un cambio y si este es radical (de raíces), asusta, intimida y crea incertidumbre en todos los ámbitos. Pero no hacerlo sería condenar a la sociedad al lamentable final de los dinosaurios.
He hablado de demoler, destruir el sistema educativo y de construir sobre él uno nuevo(18), con las reglas actuales de juego, con suficiente margen como para que esta vez duren un poco más y con la previsión de colocar “juntas de ajuste” que permitan ir haciendo modificaciones sustanciales sin que sean los parches que hoy se aplican al viejo y retorcido sistema actual.



Ahora pretendo sobre cada uno de los ítems que aparecen subrayados, ampliar su contenido con algunas referencias más que apuntalen la idea y le den mayor consistencia. Podrán de esta manera encontrar mayor fundamento a esta presentación.
Muchas gracias por leerlo.


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